lunes, 29 de diciembre de 2008

WARTÓMIC

La rata entrecerró los párpados y olfateó.
Las cucarachas avanzaban.
La rata se mordió los dientes y chilló.
Las cucarachas avanzaban.
La rata arqueó el lomo y huyó.
Las cucarachas avanzaban.
Cuando la última bomba cayó,
sobre las ratas muertas,
las cucarachas avanzaban.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

LUCIÉRNAGAS PLATEADAS


El viejo tejía con las manos. Tejía las estrellas con las puntas de los dedos.
En el barrio, todos decían que estaba loco. ¨Mire si un hombre grandote como él,
no va a tener otra cosa que hacer que pasarse todo el día moviendo las manos¨
¨Está loco¨, decían los mayores.
Yo sabía que el viejo no estaba loco. Pero no podía decirlo.
Los chicos siempre decimos pavadas.
No me dejaban acercarme a él por miedo a que me contagiara.
Yo quería ser como él. Por eso, cuando todos se habían dormido,
me escapaba por la ventana de mi cuarto y me deslizaba entre las sombras hasta donde él estaba.
No hablábamos. No hacía falta.
Él me enseñó a tejer estrellas y a fabricar espadas.
Todas las tardes lo veía desde mi cuarto, mirando hacia el cielo,
esperando a que salieran esos botones plateados que tanto le gustaban.
Yo, desde mi ventana, tejía con las puntas de los dedos sin que mis padres se enteraran.
Una vez, mi madre, barriendo el cuarto, encontró bajo mi cama
un montón de piedras.
Se enojó conmigo y las tiró por la ventana.
Yo no podía decirle que eran estrellas apagadas,
además, no me iba a creer, y me lavaría la boca con jabón.
Desde ese día, las piedras que había tirado se encendían de noche
en nuestro jardín.
Todos decían que eran luciérnagas,
pero yo sabía que eran estrellas,
aunque volaran entre las plantas.

VEN

Ven mujer,
salgamos a la calle,
a esas oscuras callejas
donde la noche es más azul y más tranquila,
donde tiemblan solas las enredaderas.
Ven,
busquemos un muro,
uno cubierto de hiedras,
y hundámonos en sus raíces,
hagamos el amor.
Ven,
dejemos a las hojas susurrar lo nuestro.

martes, 9 de diciembre de 2008

EL RELOJ


El reloj se ha dormido.
Esclavo del tiempo,
dejó escapar un último suspiro
y se durmió en silencio.
¡Que semejantes nuestras existencias!
Un día, yo también me haré a un lado,
y pasarán las horas sin tocarme,
como a un viejo reloj parado.

EL CÓMPLICE



No necesitó abrir los ojos para saberse solo.
Sin reírse sonrió y entonces los abrió.
Ya no sangraba ni sentía dolor alguno.
Desde las sombras, alguien se le acercó
y lo liberó de su martirio.
Conversaron unos minutos en voz baja 
y luego se separaron.
Al otro día fue noticia en todos los diarios:
¨Robaron un cristo de su cruz¨.
Todas las sospechas cayeron sobre el sacristán,
pero por falta de pruebas no pudieron inculparlo.
Dicen en la iglesia,
que se salvó de milagro.

lunes, 8 de diciembre de 2008

GUARDARROPAS

-Esta pollera ni loca-, dijo mirando a su amiga.
-Bueno- le dijo la otra- ¿y ésta azul con rayitas grises?
-Menos que menos.
-¿Y qué te parece un pantalón? Hay varios.
-Puede ser- dijo repasando con la mirada las prendas allí colgadas.
-Yo me quedo con esta camisa y este vaquero.
-¡Ay!- gimió la otra- No puedo decidirme.
-¡Mirá que sos cajetilla!
Herida por estas palabras, se dio media vuelta y le gritó a su amiga:
¨Callate tarada, ¿A mi me decís cajetilla?¨
-¡Entonces decidite!
-Es que no sé. Nunca tuve tanto para elegir.
En eso se abrió una puerta y apareció una niña.
Tan chiquita y cómo gritaba:
¡Mamá, polillas!

domingo, 7 de diciembre de 2008

UÑA HISTORIA

Juan se cortaba cada dos sábados las uñas de los pies.
Ese sábado, quién sabe por qué razón,
tomó entre sus dedos un trozo curvo y casi filoso
 y se lo llevó a la nariz.
Acto seguido soltó la tijera y sin mediar palabras mató su mujer.
Quién sabe qué extraños efluvios emanaron de esa medialuna
rancia y amarillenta que lo hicieron actuar así, 
pero la cosa es que Juan asesinó a su mujer y luego siguió cortándose las uñas como si nada.
Tres días después la casa apestaba.
Juan, sentado en un taburete se olió los pies,
y como salido de un sueño se acordó de su esposa y se dirigió al dormitorio.
Sobre la cama, su mujer burbujeaba.
La observó unos minutos en silencio y luego hizo una llamada.
Cuando la policía llegó, lo encontró tijera en mano, cortándole las uñas de los pies al cadáver.
Sin darse vuelta, Juan les dijo a los milicos: ¨Parece mentira, hasta después de muertos siguen creciendo¨.

lunes, 1 de diciembre de 2008

AMOR ESPEJO

Te acaricio y me recorro,
y bajo tu piel tiemblan montañas,
territorios nuestros.
Tus párpados sonríen satisfechos
mientras un lenguaje de sábanas
 murmura oleajes y nos acerca.
Te acaricio y me recorro.
Y éste cuarto de hotel,
barato,
maravilloso,
abre sus ventanas y nos libera.
Te acaricio y me recorro,
te muerdo en el aire, 
y bajo murmurando lo nuestro
como una lluvia tranquila y suave.
Mientras abajo caminan distraídos,
lentos y sin sabor,
nuestros amigos.