EXTRAÑO NAVÍO

Soy un extraño navío.

Un solitario barco fantasma

oculto en una cómplice neblina.

Y así voy,

surcando estas aguas,

como una sombra más entre las olas.

Y cuando quiero,

ordeno los átomos de mi oscuridad

y ni sombra soy,

me pierdo en mí mismo.

BUM

El ciego cruzó la calle.

El olor lo guiaba.

El ciego pensó cruasanes.

El ómnibus no pensó nada.

LA APUESTA

Dios apartó con el pie una nube y salió a caminar por el Cielo.

Sus barbas despedían rayos y centellas.

Los ángeles guardaron sus arpas y volaron bien lejos.

¨Piedra¨, gritó Dios.

Del otro lado de La Puerta, Pedro sonrió.

De inmediato dejó de lustrar La Llave y abrió y cerró.

Saltando entre rosadas y blancas

a la nube de Dios llegó.

¨Pedro¨, le dijo Dios, indignado, ¨Otra vez nos robaron¨.

Pedro se miró los pies y calló.

¨Entiendo¨, le dijo Dios, ¨Dame La Llave¨.

El otro se la dio y lo dejó pasar.

Un segundo antes de que Dios cerrara,

Pedro le gritó: ¨Fue penal¨

Y por veinticuatro horas Pedro fue Dios.

LUDÓPATAS

Dios y Diablo jugaban.

Dios movió.

Diablo rió y movió.

Dios movió.

Diablo rió y movió.

Dios movió.

Diablo rió y movió.

Dios movió y ganó.

Diablo rió.

ENCARNACIÓN

Desperté

y era todo tan distinto

que tuve miedo.

Quise volver

pero no supe adonde.

Y para peor,

ni siquiera recordaba el camino.

Esta carne nueva me duele 

y sé que de algo me olvido.

(Eso es seguro).

Silencio!!!

Alguien viene.

Se inclina sobre mi.

Me hace caras.

Me dice algo pero no entiendo.

Me levanta de los tobillos.

Que placer.

Que frescor en el culo.

LOBIZÓN

Cuando llegó al ataúd le sangraba el hocico.

Arqueó el lomo y estornudó tierras y mocos.

Leyó el nombre en la placa y aulló satisfecho.

Sus garras destrozaron la tapa y llegó hasta el cadáver.

La luna flotaba amarilla y en silencio

cuando el guardián del cementerio se acostó.

Al otro día, en la taberna, juró y perjuró que escuchó

al Diablo hablar con los muertos.

Nadie le creyó y riéronse de él.

Y cuando le preguntaron, 

no supo explicar sus uñas rotas,

ni los tajos en su nariz que aún sangraban.

CON EL GALLEGO NO SE JODE

El chulo se sonrió tan de costado que casi se mordió la oreja.

(así de feliz estaba)

Vació el vaso de un trago y pidió otro.

Del otro lado del ventanal se paseaban putas y canas.

Una mosca se le posó en la mejilla y le caminó la cara.

Sintió cosquillas y se cacheteó.

Entonces se dio cuenta,

y una repentina rabia,

una vergüenza de proxeneta,

se le enroscó en las piernas y lo empujó hacia la puerta.

La noche bostezaba putas y canas.

En la esquina reconoció una melena y se le incendió la rabia.

Llegó a caminar un par de metros nada más.

Dos dientes calientes le mordieron la espalda.

¨Malditos chulos¨- gritó el dueño del bar.

Mientras un frío muy frío le hablaba y le recordaba:

¨Saliste sin pagar¨

¨Con el gallego no se jode¨

Y se murió.